Editorial Sodepau. 29.12.2015

No es una guerra contra el terrorismo, es una guerra contra la Humanidad.

EL CAPITALISMO NUNCA VOLVERÁ A SER LO QUE FUE en los países a sí mismos llamados “ricos”. Entre otros factores, son claves en su incesante caída, la automatización derivada del desarrollo de la tecnología (con la consecuencia lógica del fin de la era del empleo) y el agotamiento de los recursos energéticos y de los materiales básicos así como de los sumideros que absorban los residuos.

Un nuevo orden está a punto de surgir y las élites mundiales están tomando posiciones de cara a mantener el poder. Actores principales de esta lucha son la Red Financiera Global (Wall Street, la City londinense, la Banca Rotschild, Standard and Poors, entre otras fuerzas de las finanzas) y el Bloque Imperial Nacional (Warren Buffet, Goldman Sachs, Grupo Rockefeller, J.P.Morgan, con ejércitos privados, son los Halcones de Washington entre otros como la Banca franco-alemana-holandesa), que se enfrentan entre sí al haber dado paso el capital bancario productivo al parasitario-especulativo.

Pero al tiempo que se enfrentan entre sí ambas facciones del Poder Mundial, se enfrentan ambas a su vez al Bloque Energético Productivo (fundamentalmente son China y Rusia). En cambio, están de acuerdo ( a pesar de tener intereses contradictorios en Asia central y occidental) en financiar el fascismo asiático, cuyo objetivo es destruir cualquier forma de poder estatal capaz de oponerse a la apropiación de recursos energéticos y vías de transporte. Esta estrategia no es nueva porque el capitalismo siempre ha echado mano del fascismo o del terrorismo cuando se atasca o se siente acorralado y, desde hace 4 décadas, está atascado.

Ante esta situación mundial ¿cuál es la posición de la Unión Europea?. Aquí encontramos un escenario de cruce de caminos de la lucha entre las dos facciones del poder mundial (Red Financiera Global y Bloque Imperial-Nacional) y a su vez, ambas contra el bloque Energético Productivo porque si Alemania se inclinara hacia este último bloque, tendríamos como resultado una Eurasia que dominaría el mundo. Pero hoy por hoy, Alemania está subordinada al Bloque Imperial Nacional (dominada por el Eje Anglosajón, que lidera el mundo desde 1700) y a eso se debe el golpe de estado fascista en Ucrania, cuyo objetivo ha sido separar a Rusia de Alemania. Además han obligado a Europa a emprender sanciones contra Rusia, profundizando así aún más la recesión económica además de intentar imponer el TTIP, contribuyendo así a hundir las condiciones sociales y laborales europeas.

Pero los últimos atentados de Paris han cambiado intereses franceses que, ahora, convergen con Rusia para atacar realmente al fascismo asiático (Daesh, Al-qaeda. Al-Nusra…), que poco tiene que ver con el Islam, porque está integrado por restos del antiguo ejército iraquí, más ejércitos privados que ya estuvieron en la invasión de Iraq, más mercenarios de numerosos países. También India y China se unen a Rusia en la lucha contra ese fascismo asiático.

Así las cosas, se ve claramente que el Eje Anglosajón en decadencia será sustituido por el Bloque Energético-Productivo mucho mejor preparado para la Gran Transición post-capitalista, en donde se asentará un capitalismo de Estado (a contrapelo del actual capitalismo salvaje) dirigido hacia sociedades más razonables y sostenibles, sobre todo si consigue alianzas con otros bloques energéticos menores como el ALBA. No obstante, la lucha de clases en el interior de este Bloque serán decisivas y, en ese sentido, deben ayudar las sociedades europeas iniciando procesos constituyentes.

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